sábado, 14 de febrero de 2009

La soja y la salud de la gente

El dolor, sobre todo el moral, que es un gran movilizador y me impulsó a estudiar el cambio que produjo la aparición de la soja transgénica y su proliferación monstruosa a partir de 1995.
En este trabajo, intento hablar de este tema desde el punto de vista de la medicina general y familiar.
La salud deberá enfrentar por mucho tiempo (décadas, centurias, milenios tal vez) los efectos deletéreos de los venenos agroquímicos sobre el ambiente y los animales que formamos parte de él. Desde la posibilidad de vivir en un medio saludable es posible pensar a este como un organismo vivo, individual, constituido por la sumatoria de todos los seres vivos que lo componen. De allí resulta que sostener la salud del medio ambiente es, en definitiva, sostener la salud de todos
El agricultor va a entender tarde y mal que la ecuación económica de la soja no se sustenta en el tiempo y va dejar secuelas terribles sobre los campos y sobre su propia familia que hoy mira con desconfianza y hasta con burla a quienes tratamos de informarlo sobre los peligros que se ciernen sobre sus cabezas.
Glifosato es un herbicida sistémico que actúa en post-emergencia y en barbecho químico, no selectivo, de amplio espectro, usado para matar plantas no deseadas como pastos anuales y perennes, hierbas de hoja ancha y especies leñosas
2-4-D se usa como éster isobutílico del ácido diclorofenoxiacético. Es uno de los productos que intervienen en lo que se conoce como barbecho químico, que es la preparación (podría decirse el bombardeo) del suelo con herbicidas previo a la técnica de siembra directa.
Endosulfan es un organoclorado que actúa como disruptor endocrino.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año se producen 25 millones de intoxicaciones por venenos agroquímicos y alrededor de 20.000 muertes provocadas por ellas, calculándose que el 99% ocurren en las naciones en desarrollo.
Incluyo algunas brevísimas historias que tienen que ver con mi experiencia personal con la soja y los agroquímicos.
Los seres que habitan este planeta han alcanzado, después de años de evolución, un equilibrio que admite la supervivencia de un sinnúmero de especies.
Pero un pueblo que tiene alterada su fecundidad y su desarrollo sexual, inhibida su capacidad de absorber el hierro y los nutrientes vitales a su correcto desarrollo físico e intelectual no requieren ni siquiera tecnología misilística de última generación para ser vencido, controlado y esclavizado.

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